Colonias de Verano. Artículo El Correo
A continuación os mostramos el artículo redactado por nuestro paisano y gran colaborador de nuestra Hermandad D. Álvaro Romero, publicado en EL CORREO DE ANDALUCÍA en el día de ayer.
De vacaciones con la Señora
El Rocío es todo el año, y la caridad también. Virgen, aldea, marisma, coto, playa, integración y esperanza para quienes nada de ello sabían. Es el proyecto de colonias de verano que triunfa durante los meses estivales en el poblado de la Blanca Paloma. Y ya van muchos años: varias décadas para hermandades pioneras como la de Triana, y siete años, que se dice pronto, para algunas de las filiales más activas en este sentido como la de Los Palacios y Villafranca, cuya casa hermandad en la aldea no solo acoge a los 24 chiquillos de su colonia particular, sino que les sirve a otras que la usan de cuartel general, como la hermandad rociera de Córdoba o incluso la hermandad de los Gitanos de Utrera.
«Las colonias es nuestro gran proyecto, sin dudarlo», asegura el hermano mayor palaciego, Federico Maestre, que ha heredado la ilusión de sus antecesores en el cargo, Chico Barragán y María José Tirado. «Es que estos proyectos de caridad son los que le dan el verdadero sentido a una hermandad; los cultos vienen solos», corrobora la directora del proyecto, Mamen Begines, que ha sacrificado por la causa su semana de vacaciones, como otra media docena de voluntarios, y encantados.
La aldea de El Rocío es durante estos meses una aldea infantil. La hermandad palaciega lleva a niños de entre 9 y 12 años. Otras amplían un poco la edad. El objetivo es que se lo pasen a lo grande, y de camino que crezca en ellos la semilla rociera. Se ha conseguido ya en algunos casos: niños de aquellas primeras colonias que calzan botos en mayo, por la Raya Real... «Son niños de familias desestructuradas, con problemas económicos y familiares, normalmente», explica Begines, y añade: «Aunque desde el año pasado hemos incorporado chiquillos con otro tipo de problemas, más allá del económico, como niños que han sufrido bullying en la escuela, o la pérdida de un ser querido que lo ha destrozado...».
La selección es exhaustiva y, normalmente, no repiten, porque la demanda –y la lista de espera– es muy grande. Las hermandades se basan en listados facilitados por las Cáritas locales y las concejalías de Asuntos Sociales. «Ellos saben mejor que nadie dónde está la necesidad, pero luego nos entrevistamos con las familias para conocer cada caso», explica Begines, afónica por estos días de verdadero regocijo para unos niños que, si no fuera por las colonias, «ni pisarían a lo mejor una piscina en todo el verano».
En la aldea conviven, hacen nuevas amistades, aprenden y crecen como personas. Algunas filiales históricas como la de la Macarena o la del Cerro del Águila, en la capital, tienen capacidad para un mayor número de niños, y más días.
La hermandad de Las Cabezas de San Juan quiere asumir la idea el año que viene. «La colonia palaciega son ocho días, y gracias también a la solidaridad de varias empresas y hasta particulares que se llevan todo el año ahorrando en una hucha para colaborar con nosotros», asegura el hermano mayor, satisfecho, por otro lado, de recibir en su casa de El Rocío al director espiritual de la hermandad, Luis Merello, o al propio alcalde, Juan Manuel Valle (IU), todos conscientes de la importancia de la iniciativa. La obra social La Caixa lleva dos años donando 5.000 euros.
